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Y loca tu eterna boca maquillada de verano
extraña y rebelde
nos ha dejado su beso.

Ese almizcle nos ha hechizado
Nos ha supuesto tus hermanos
Tus congéneres
Tus tatetíes
Tus dioses.

Y por entre la difícil caricia de la obra,
como recibiendo por fin la mágica verdad,
hemos comprendido que sólo somos tu retorno.

Entonces, ven, sigamos besándonos dulcemente,
pues somos tus hijos.





LUIS ALBERTO SPINETTA
GUITARRA NEGRA

EDICIONES TRES TIEMPOS
Buenos Aires, 1978.